COMIENZA EL CURSO
Comenzamos el curso 22-23 con mucha ilusión, ya que tenemos nuevas incorporaciones y nuevos conciertos ya programados de aquí a fin de año, así como otros que podrían materializarse el próximo año.
Comenzamos el curso 22-23 con mucha ilusión, ya que tenemos nuevas incorporaciones y nuevos conciertos ya programados de aquí a fin de año, así como otros que podrían materializarse el próximo año.
Fecha: 31.Ago.2022
Hora: 21:30
Lugar: Calle 31 de Agosto. Donostia
Como ya es tradicional, la Coral Santa Cecilia participará en la conmemoración del incendio de la ciudad en 1813. Este año se recupera el formato habitual del evento, que tuvo que ser modificado en los dos años anteriores debido a la pandemia. (más…)
Fecha: 29.Jul.2022
Hora: 19:00
Lugar: Iglesia de San Ignacio. Donostia
La Coral Santa Cecilia participará también este año en la segunda jornada del Triduo de San Ignacio de Loiola, que se celebrá en la Iglesia de San Ignacio en el barrio de Gros. Además de participar en la misa y tras su finalización, ofrecerá un pequeño concierto en agradecimiento a los asistentes al acto.
Fecha: 12.Jun.2022
Hora: 18:00
Lugar: Iglesia de los Padres Carmelitas. Donostia
El próximo domingo 12 de junio, la Coral Santa Cecilia ofrecerá un concierto en la Iglesia de los Padres Carmelitas, en el barrio de Amara Viejo.
Fecha: 2.Abr.2022
Hora: 19:45
Lugar: Iglesia de San Ignacio
El próximo sábado 2 de abril, la Coral Santa Cecilia participará con un concierto en el ciclo Ignatius 500 en la Iglesia de San Ignacio, en el barrio de Gros.
Los próximos jueves, días 23 y 30 de diciembre, daremos nuestro concierto navideño de una forma distinta: recorreremos las calles de la Parte Vieja donostiarra para animar el barrio, de 17:00 a 19:00 de la tarde.
DV: Luces, música y pasacalles para animar la Parte Vieja en las fiestas navideñas
¡Animaros a venir!
No cabe duda de que el de ayer fue un día especial para la Coral Santa Cecilia. Muchos cambios y novedades: nueva directora, despedida del anterior, nuevo escenario (con lo bien que suenan los txistus, marimbas, bajo eléctrico, silbote, teclado y atabales y tambores en Sta. María), nuevas canciones, nuevo idioma (finés) y sobre todo y lo más preocupante, inquietud sobre el poteo previo que tanto ayuda a calmar nervios y animar los espíritus.
Después del ensayo de las canciones comunes con nuestros compañeros los txistularis, y algo más despiertos (no mucho), empezamos de lleno con las vocalizaciones y entre “priiiiiii”-s y otras onomatopeyas irreproducibles nos fuimos animando un poco, sobre todo al ver que a capella sonaba algo (por lo menos nos oíamos entre nosotros).
La odisea de los hermanos Egizabal para recoger la tarta de Gorrotxategi, da para otro relato; de misterio esta vez. Baste con decir que, a pesar de ir en pareja como la GC y casi de la mano, acabamos en dos pastelerías distintas: yo discutiendo con la pastelera sobre cuántas tartas habíamos encargado, quién era yo para recogerlas, que yo no toco el txistu, que ya habían venido a recogerla y no sé que más. Y Pedro en la pastelería de al lado mirando desconfiadamente al tiramisú de escaso porte que le ofrecía la pastelera asegurando que ese era el encargo y que estaba pagado. Y cada uno pensando dónde se había metido el otro. En fin.
Por lo menos el poteo previo estuvo bien. Allí nos fuimos al Danena por si se habían creído que este año se iban a librar de nosotros.
Después vino el consabido streaptease en la capilla para ponernos todo guapos para cantar, cada uno con sus pines y corbatas y tal, aunque no se sabe si con la emoción a alguien se le olvidó alguna prenda en el trasiego. O fue a la vuelta al vestirse de calle.
El concierto, qué voy a contar, que cada uno se quede con sus sensaciones, a mí me pareció que hubo momentos chulos.
Entre las cosas que no entendí están por qué salió el Sr. Gorrotxategi a entregar nuestra tarta a nuestro ex-director, por qué no se invitó a los ex-coralistas a subir (menos mal que andan bien de reflejos) o por qué al final no hablaron los homenajeados. En fin, pequeñeces que no enturbian el acto. Los irrintzis de Ane, que todavía resuenan en nuestros oídos, nos hicieron olvidar estos pequeños desajustes.
Fue después de los cánticos y txalos del bis del “Bapo-Bapo” y estábamos acabando de vestirnos de calle los más lentos cuando tuvo lugar uno de los momentos cumbres de la jornada. Imanol, ante la sorpresa de los presentes empezó a preguntar si alguien se había olvidado una braga en la capilla. Como suena. Y para que no hubiera dudas, enarbolaba en la mano algo que para un ojo menos avezado podría parecer una mascarilla negra usada (más quirúrgica que FFP2), pero que reultó ser una braga huérfana. Una primera y necesariamente breve inspección del hallazgo (por las prisas, por la escasa iluminación y porque el lugar no parecía muy apropiado), no aportó más luz sobre la talla, estado de uso, higiene y modelo del elemento en cuestión. Imanol, no satisfecho con las respuestas que estaba obteniendo, y sin pestañear, se guardó la braga en el bolsillo con la evidente intención de retomar el tema a lo largo de la jornada (Por cierto, el martes hay que recordarle que tenemos hidrogel en la entrada al local). De hecho a medida que la misma avanzaba el hallazgo fue adquiriendo más y más protagonismo hasta el momento culminante, bien documentado gráficamente, de su delicada y artística disposición en los lavabos (para hombres) del Burunda. De donde desapareció en seguida, por cierto. Pero quedó testimonio gráfico.
El poteo pre-comida estuvo bien aunque algo acelerado. Resulta que habíamos reservado para la hora del hamaiketako, y así, medio a la carrera, fuimos llegando al Kaskazuri.
La comida, como no podía ser de otra manera, estuvo bien. El alcohol ayudó sin duda a animar el ambiente. Es cierto que en un momento dado el tesorero, que se había ido recuperando del malestar matutino, mostró evidentes signos de desaprobación y preocupación ante la orgía de pines de oro y plata que se fueron regalando sin ton ni son, pero me consta que ya le ha dado la vuelta.
Nos dieron las tantas mientras repasábamos las historias de siempre de la coral, desde los innumerables e importantísimos premios que se han ganado, personajes célebres (o “xelebres”), anécdotas varias, actuaciones memorables, el viaje del bonito desde Torrevieja a Donosti, etc… Menos mal que cuando ya estábamos llegando al tema de las gafas y el busto del fundador, Don Inocencio, nos echaron de allí.
Una lástima que no pudiéramos cantar durante la comida o la sobremesa a causa del COVID. Seguro que Kepa lo echó de menos; este año se le veía animado. De cualquier forma, Koro se las apañó para hacernos cantar el Txoriak-Txori en la puerta.
Para despedir el día (hasta donde yo sé), nos fuimos para el Burunda donde ya pasadas las emociones del día fuimos desgranando temas de más calado filosófico y social en alegre camaradería.
Esta vez, y para variar, en vez de ranking del día, os planteo para terminar una serie de cuestiones que quedaron sin responder durante el día de ayer:
.- ¿Cuántos txistularis caben en Santa María?
.- ¿Qué hacía el “marimbas” en la capilla mientras nos cambiábamos?
.- ¿Tiene algo que ver con el misterio de las bragas? ¿Hemos preguntado al cura?
.- ¿Dónde van las “k”s en “And so it goes”?
.- ¿Alguna aclaración sobre el Sr. Gorrotxategi entregando premios?
.- El del tamboril junior, ¿era hijo? ¿Legítimo?
.- Así como sobraron unas bragas, ¿ha podido faltar alguna mascarilla negra? Digo por si algun@ se equivocó en el trajín y con el “marimbas” al acecho se colocó lo que no es donde no se debiera.
.- ¿Qué significa “gentza” en “beroien apaltasun ta gentza gozoak” del “Mendi-aldera”? .- ¿Cuánto dura una tarta de chocolate sin derretirse?
En fin, esto es todo amigos, a ver si para el martes vamos teniendo algunas respuestas.
Como todos los años, la coral celebró su día grande, con concierto y comida posterior. Este año era especial, ya que aprovechamos también para hacer un pequeño homenaje a modo de despedida a Kepa Martínez de Albéniz, que ha sido nuestro director estos últimos 12 años.
Un año más, la crónica post-evento.
Por cierto, no estamos seguros de si es la quinta o sexta edición del evento. ¿Alguna mente lúcida que guarde estos datos en el disco duro?
La cita era doble, o en la estación a las 9:50 o en el tunel de Otita a las 10:30. Me consta que alguno pilló el tren de churro. Tiene que ver con haber ido antes a la playa, sí, a esas horas, a recoger una toalla que se le olvidó la víspera. Se admiten apuestas.
El caso es que el grupo llegó puntual al tunel de Otita donde les estaba esperando yo, que fui con la furgo. Al principio me asusté al no ser capaz de identificar a un ente de dudosa naturaleza que se acercaba hacia mi en bici a toda velocidad. Era Félix. Lo que me despistó es que llevaba un casco de moto (por lo menos no era integral), y una linterna frontal que debía de ser de la generación inmediatamente posterior a las lámparas de carburo. Todo ello le daba un inquietante aspecto de entre minero y skater.
Nada más salir, la encargada de las fotos, Birte (que por cierto no se si es con V o con B), nos informó de que la cámara no tenía pilas, razón por la que contamos con escasísimas descripciones gráficas del evento. Igual mejor. Contamos con la foto del almuerzo en la central de Amaraun que se comentará más adelante en detalle.
El recorrido de ida transcurrió sin grandes incidentes, con la excepción de un charco traicionero a la salida de un túnel que pasamos de aquella manera. Convenimos en que habría que tener cuidadín en la bajada, dada la velocidad que se alcanza y los efectos de los efluvios del alcohol que previsiblemente íbamos a sufrir.
En la famosa foto del almuerzo, hay un detalle que requiere de explicación. Algunas os habéis dado cuenta de la particularidad del uniforme de Félix. No es que el rozamiento le produjera extrañas inflamaciones, ni que se esté hormonando para llegar más fácil a las notas graves. Tampoco es que llevará un traje de halterofilia como ha apuntado alguna. Es que llevaba culot reglamentario, pero puesto del revés; o sea, lo que es la parte del culo, delante. De ahí las formas. Y se dio cuenta llegando a Leiza…
Justo antes de llegar a Leiza tuvimos un incidente. Yo no lo vi porque iba un poco por delante. En un momento dado oí unos improperios, algún frenazo, y luego el inconfundible sonido de bicis en el asfalto. Cuando me di la vuelta vi a los dos veteranos del grupo por los suelos. Joseba, que si vio la caída, comentó algo de una poco edificante mezcla de gelatina y hierros. Por suerte no se hicieron daño. Como comentó Félix, «hemos sabido caer bien». Claro, cayó sobre Norberto…
El motivo de la caída no está claro. Parece relacionado con un intento de maniobras arriesgadas más propias de cualidades psicomotrices más afinadas que las de los protagonistas implicados en el suceso.
Por fin llegamos a Leiza. Tardamos más en encontrar el bar que en llegar desde Andoain, pero lo conseguimos.
El restaurante estaba bien. Es de los que pides sopa para tres y te sacan un caldero para todo el restaurante. Además, bastante rico todo.
A la vuelta tuvimos la baja de Bernar, la amiga de Félix que, con buen criterio, dijo que sin frenos no le apetecía bajar. Lo de los frenos se dio cuenta a primera hora de la mañana cuando, al grito de «Félix, que esto no frena» abordó a un pobre transeúnte. La bici se la había prestado Félix.
Como de costumbre, los veteranos se lanzaron a tumba abierta dejando rápidamente al pelotón detrás. Primero pillamos a Félix atascado en un charco diciendo algo sobre el plato grande.
Poco más adelante encontramos a Norberto chapoteando a cuatro patas en un charco con bici y todo. Se había caído (empieza a ser una costumbre en las bajadas). Por cierto, era el charco que comentamos a la ida…
Llegamos sin mayores contratiempos en agrupado pelotón hasta el túnel de Otita donde los dejé, no sin cierta preocupación, cruzando el túnel hacia Andoain. No he leído nada en los periódicos, así que supongo que llegaron todos sanos y salvos.
En fin, el ranking de este año:
.- Ganador en la general: Ex aqueo, entre Norberto, por el que no pasan los años y Joseba, que completo una carrera seria sin fisuras.
.- Ganadora en categoría femenina: Birte, que demostró que se puede hacer el recorrido con una bici tipo «verano azul» y un par.
.- Premio al modelito: Félix, por lo del culot alrevés
.- Premio de consolación: Bernar. Hay que aguantar a esta tropa…
.- Premio a la novedad tecnológica: tengo dudas entre Birte, por sus cestitas metálicas plegables que causaron furor, o Joseba, por los guardabarros gracias a los que llegó hecho un pincel al final de la etapa
.- Premio a la aportación extraordinaria al acervo cultural de la humanidad: Bernar. Nos obsequió con una receta natural contra las almorranas (no se si nos vio cara rara). Consiste en mezclar y hervir una cantidad indefinida de ortigas, romero y cola de caballo y tomar baños de asiento en bidet o «algún puchero»(?). Lo del bidet me lo puedo imaginar, lo otro no alcanzo. En cuanto a las cantidades, no están claras las proporciones. Yo, por si acaso, me moderaría con lo de las ortigas.
.- Premio extraordinario del jurado: Félix. Sin él, estas excursiones no serían lo mismo.
Bueno, pues eso es todo amigos!
Antton